Entre el 7 y el 17 de julio tiene lugar la celebración de la fiesta de la Virgen del Carmen en nuestro municipio. Durante los días previos se llevaron a cabo las novenas, rosarios y procesiones por las principales calles del municipio.
El 16 de julio es el día más esperado por todos los briceñitas, pues es su patrona, y más especialmente para los conductores, mineros, comerciantes y las fuerzas militares, y como cada año llegó la festividad de la Virgen del Carmen, advocación que aviva y mantiene la fe de muchas familias que piden su protección y amparo cada jornada en que salen a ganarse la vida y la de los suyos.
La de ayer fue una jornada de celebración doble, pues aparte de conmemorar las festividades de la virgen del Carmen, Monseñor Hugo Alberto Torres Marín (hace poco ascendido al grado de obispo auxiliar), celebraba en Briceño, su pueblo natal, su primera eucaristía ostentando tan digno título.
La jornada inicial estuvo acompañada de mucho calor, tanto humano como meteorológico. Por la mañana la caravana que esperaba a Monseñor Hugo, rodeada de caballistas, motociclistas y conductores de vehículos de todos los tamaños, se desplazó al sector de la bodega de los Sánchez, para darle la bienvenida como se lo merecía. Más de 100 caballistas, 60 motociclistas y 50 carros engalanaron la caravana de recibimiento. Al llegar al paraje de “María Huevos”, monseñor Hugo rompió el protocolo y bajándose de su vehículo, acepto una mula que gentilmente un briceñita le presto para que terminará su recorrido y es así de esta manera, como a lomo de mula, realiza su arribo a la entrada del casco urbano.
(Monseñor Hugo Torres demostrando sus dotes de excelente chalán)
Llegando al parque principal, anticipado solo por la caravana, Monseñor Hugo saludo y bendijo a sus paisanos que en el parque principal lo esperaban, y quienes no aguantaron la emoción y al verlo, se abalanzaron para él, para darle la mano o para compartir una foto.
Posteriormente se celebró la eucaristía en honor a la Virgen del Carmen liderada por Monseñor Hugo y por otros 10 sacerdotes de la Diócesis de Santa Rosa de Osos que lo acompañaron en su primera misa en el municipio de Briceño como Obispo.
(Monseñor Hugo Torres, acompañado de algunos sacerdotes, rumbo al templo)
En la tarde un almuerzo con las altas personalidades del municipio y todos los representantes del clero, cerraba con un lazo de amistad las ceremonias y el reencuentro con tan querido personaje, que ahora se convierte, despúes de Antonio Roldán Betancur, en nuestro más ilustre hijo y hermano.
En horas de la noche los juegos pirotécnicos en honor a la Virgen del Carmen adornaron el cielo briceñita. Todos los conductores briceñitas disfrutaron de un agazajo en el estadero la piscina que duró hasta altas horas de la madrugada.
Monseñor Hugo Alberto, partió sobresaltado por tan “emotivo recibimiento” y rodeado de varios presentes, entre ellos un Cristo de Oro, que gentílmente le otorgaron los mineros briceñitas, elaborado con oro de nuestro principal afluente, el río espíritu santo. Partió además con la convicción de regresar un día no muy lejano y de orar, como lo hace todos los días, por la tierra que lo vio nacer.
